Mostrando entradas con la etiqueta Resignación. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Resignación. Mostrar todas las entradas

martes, 27 de febrero de 2018

Nacimos Libres


Nacimos Libres


A veces se necesita tiempo para pensar, tiempo para uno mismo. En ocasiones caemos y nos derrumbamos… pero llega un momento en el cual te empeñas en encontrar esa paz que necesitas, esa que por mucho tiempo buscaste en otra persona. Cuando tomas la decisión de darte ese tiempo a ti, todo cambia; comienzas a notar que no hace falta esa persona para ser feliz, que no es tan mala la soledad y que al contrario encuentras tranquilidad en ella.

Esa paz interior llegará a ti tarde que temprano; sólo date tiempo, dedícate a ser feliz sin ser dependiente a un sentimiento, a una compañía, a esa compañía en especial… Porque aunque sabías que era tóxica pensabas que era lo que más necesitabas y que después de mucho, terminabas por darte cuenta que no era así. Que sólo desgastaste tu vida desperdiciando tiempo valioso, tiempo que podrías haber utilizado para ser feliz.

La felicidad siempre se encontrará en uno mismo y jamás dependerá de alguien más. ¿Recuerdas cuando eras feliz jugando en tu cuarto? Eras el niño más feliz del mundo aunque estuvieras solo. Sólo eran tus juguetes y tú imaginando miles de historias, y aunque en ocasiones compartías tus juguetes con otros niños, seguían siendo tuyos y tu felicidad no dependía de otras personas. De esta manera debes pensarlo ahora; comparte tu felicidad con alguien, pero jamás se la entregues por completo, nunca pierdas tu esencia por una relación que tal vez sólo sea pasajera.

¿Recuerdas aquél mito de la media naranja? Pues sí, es sólo eso, un mito. Se debe dejar de creer que necesitamos andar por el mundo en busca de alguien para encontrar nuestra media mitad y por fin ser felices. Esto no debería ser así… porque el amor no se busca, el amor llega a ti. Nada debe ser forzado, si dedicas tu vida a encontrar alguien que sea “perfecto”  sólo lograrás carcomerla, ¿y si no lo encuentras? ¿Y si esa persona que tanto buscaste resultó estar siempre cerca de ti y nunca la viste porque estabas empeñado en encontrar “tu media naranja”? Triste… ¿No?

Para cuando te des cuenta ya será tarde y solamente verás que te empeñaste toda tu vida en encontrar la felicidad siendo el ser más infeliz del mundo. Porque aunque tuviste amores a lo largo de tu vida ninguno logró hacerte feliz y llenarte esos vacíos que tenías.

Nosotros no estamos incompletos, y es que si lo estuviéramos no podríamos ser felices, no lucharíamos por nuestros sueños, por nuestras metas… Y lo repito, no necesitas tener pareja para ser feliz. Puedes ser feliz estando casado, y también lo puedes ser estando soltero… sólo son prejuicios que da la sociedad. No se trata de lamentarse y auto flagelarse todo el tiempo.

Cuando por fin logras encontrar la armonía en ti mismo, dejas de luchar en vano por encontrar una relación, esto pasa a ser algo que no necesitamos. Esa búsqueda desgastante y tediosa pasa a un segundo plano…

-Álvaro Agudelo.

miércoles, 22 de marzo de 2017

Querida Enemiga

Querida Enemiga


Sentada en nuestra cama, ésa que hemos dejado de compartir, me quedé esperando que volviera, esperando que sintiera.

Tardé tiempo en darme cuenta de que no iba a volver, que nunca estuvo aquí, que su mente estaba lejos mientras paseaba el esqueleto de su alma por mi vida.

Intenté inútilmente ser lo que necesitaba, olvidando por completo quién era yo. Cómo iba a quererme, si deje de conocerme...

Aún no se si puedo volver a ser yo, por más que busco dentro no consigo reconocerme. Me gustaría despedirme de él, tal vez así pueda presentarme de nuevo o reencontrarme conmigo.

Sólo me queda darte las gracias por cuidarlo, por hacerle feliz, por ser lo que yo nunca logré. Ten en cuenta que no querrá quererte, no quiere compartir; ten paciencia, si logras eliminar sus reservas te hará la mujer más feliz del mundo.

Sólo me queda desearte toda la suerte del mundo, querida enemiga. Enemiga porque nunca podremos ser amigas y querida porque no puedo odiar nada que él pueda llegar a querer.

(Annabell)