viernes, 5 de febrero de 2016

Para mi gran amor


Para mi gran amor

Mi vida, te amo desde el primer momento que te conocí, y mucho mas, más ahora, porque el camino que hemos recorrido me ha unido tanto a ti...

A través de nuestra vida juntos, han habido tantos logros, satisfacciones y hechos inolvidables, que han minimizado las cosas difíciles porque siempre juntos hemos recogido los pedazos de sueños rotos para crear nuevos.

Te amo por tu paciencia, por tu comprensión, 
por el calor de tus brazos que me recuerda donde está mi refugio, mi hogar, mi pasión...

Te amo porque me diste la libertad para que descubriera lo que más valoro en ti.

Te amo porque me haz dado fortaleza cuando mi corazón ha estado a punto de desfallecer, y me has dado en ese momento lo que más necesitaba... ¡seguridad! para atreverme a volar...

Te amo, por la forma en que me haces sentir amada... porque tú haz sido la maravillosa persona que me haz enseñado todas las oportunidades que tiene la vida...

Magali Sauceda



lunes, 1 de febrero de 2016

Las estaciones del amor



Las estaciones del amor

¿Has visto las hojas caer en el otoño?
Así mismo es el amor, se pone de color anaranjado al enfrentar situaciones que te hacen dudar de ese amor.
 ¿Has visto las hojas marchitar en el invierno?
Así mismo es el amor al dejar que esas situaciones dejen opacar y destruir ese amor, al no darle la intensidad a ese amor que es lo que lo mantiene vivo, tal amor se marchitará.
¿Has visto el sol en el verano?
Así mismo es el amor, cuando se da la llama y es potente y ardiente la pasión. Al amar se debe de entregar todo sin esperar nada a cambio, pero he aquí el dilema... ¿cómo amar y sentirse amado a la misma vez? Sólo hay una solución, ámate a ti mismo.
¿Has visto las flores florecer en la primavera?
Cuando te amas a ti mismo puedes dar amor, esto conllevará a sentir felicidad con ese ser amado y serán felices. Todo estará bien mientras cada uno se entregue totalmente, y a esa unión que sienten se le pueda llamar lo tan anhelado  por el ser humano para ser feliz que es el AMOR.

Dedicatoria a L.M.M.P

Nos comparte: Christian Dominguez

domingo, 31 de enero de 2016

Te pido perdón por todo lo pasado



Te pido perdón por todo lo pasado


Hoy más que nunca siento el vacío en mi corazón porque no quieres estar más a mi lado. lucho a diario con mis sentimientos y la rabia que tengo conmigo misma; No sé qué hacer para que te des cuenta de lo mucho que te amo.
Pensando en ti no puedo dormir, ni comer ya que sin ti nada tienen ningún sentido, tú lo eres todo para mí. Eres el motor de mi vida y necesito tenerte a mi lado para ser feliz y poder funcionar como persona. Sé que fui una tonta al no valorarte, al no darte el lugar que te mereces, al no de mostrarte todo el amor que siento por ti.
Pero ahora me gustaría demostrarte lo que en verdad estoy dispuesta a hacer por ti. Lo daría todo por volverte a tener a mi lado, ya que te amo sin reserva. Todos los días pienso en ti, cada minuto estas en mi mete y corazón. He soñado cosas que ya hemos pasado, y otras que son un sueño, no son reales, por eso espero que Dios aún me vea con buenos ojos, para que me dé la oportunidad de hacerte feliz de nuevo para siempre.
Te amo y quiero formar una familia contigo, construir nuestros sueños, apoyarte en los tuyos, compartir tus alegrías, levantarte si llegas a caer, darte palabras de aliento cuando las necesites que confíes en mí todo.
Te pido perdón por todo lo pasado y espero que me des otra oportunidad ¡Me equivoqué! Ahora estoy arrepentida y si aún puedo rescatar el amor que sentías por mí, haré lo imposible para que creas de nuevo en mí y poder reconquistarte, porque te amo ¡Ya no puedo vivir sin ti!

Amarilis


viernes, 29 de enero de 2016

Carta de despedida





Carta de Despedida

“Si por un instante Dios se olvidara de que soy una marioneta de trapo y me regalara un trozo de vida, posiblemente no diría todo lo que pienso, pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que son sino por lo que significan.
Dormiría un poco, soñaría más, entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos, perdemos sesenta segundos de luz. Andaría cuando los demás se detienen, despertaría cuando los demás duermen. Escucharía cuando los demás hablan y cómo disfrutaría de un buen ¡helado de chocolate!
Si Dios me obsequiara un trozo de vida, vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol, dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.
Dios mío si yo tuviera un corazón, escribiría mi odio sobre el hielo, y esperaría a que saliera el sol. Pintaría con un sueño de Van Gogh sobre las estrellas un poema de Benedetti, y una canción de Serrat sería la serenata que le ofrecería a la luna. Regaría con mis lágrimas las rosas, para sentir el dolor de sus espinas, y el encarnado beso de sus pétalos…
Dios mío, si yo tuviera un trozo de vida… No dejaría pasar un solo día sin decirle a la gente que la quiero. Convencería a cada mujer u hombre que son mis favoritos y viviría enamorado del amor.
A los hombres les probaría cuán equivocados están al pensar que dejan de enamorarse cuando envejecen, sin saber que envejecen ¡cuando dejan de enamorarse! A un niño le daría alas, pero dejaría que él solo aprendiese a volar. A los viejos les enseñaría que la muerte no llega con la vejez, sino con el olvido. Tantas cosas he aprendido de ustedes, los hombres… He aprendido que todo el mundo quiere vivir en la cima de la montaña, sin saber que la verdadera felicidad está en la forma de subir la escarpada. He aprendido que cuando un recién nacido aprieta con su pequeño puño, por primera vez, el dedo de su padre, lo tiene atrapado por siempre.
He aprendido que un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacía abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse. Son tantas cosas las que he podido aprender de ustedes, pero realmente de mucho no habrán de servir, porque cuando me guarden dentro de esa maleta, infelizmente me estaré muriendo.
Siempre di lo que sientes y haz lo que piensas. Si supiera que hoy fuera la última vez que te voy a ver dormir, te abrazaría fuertemente y rezaría al señor para poder ser el guardián de tu alma. Si supiera que esta fuera la última vez que te vea salir por la puerta, te daría un beso y te llamaría de nuevo para darte más. Si supiera que esta fuera la última vez que voy a oír tu voz, grabaría cada una de tus palabras para poder oírlas una y otra vez indefinidamente. Si supiera que estos son los últimos minutos que te veo diría “te quiero” y no asumiría, tontamente, que ya lo sabes.
Siempre hay un mañana y la vida nos da la oportunidad para hacer las cosas bien, pero por si me equivoco  y hoy es todo lo que me queda, me gustaría decirte cuando te quiero, que nunca te olvidaré.
El mañana no está asegurado a nadie, joven o viejo. Hoy puede ser la última vez que veas a los que amas. Por eso no esperes más, hazlo hoy, ya que si el mañana nunca llega, seguramente lamentarás el día que no tomaste tiempo para una sonrisa, un abrazo, un beso y que estuviste muy ocupado para concederles un último deseo. Mantén a los que amas cerca de ti, diles al oído lo mucho que los necesitas, quiérelos y trátalos bien, toma tiempo para decirles “lo siento”, “perdóname”, “por favor”, “gracias” y todas las palabras de amor que conoces.
Nadie te recordará por tus pensamientos secretos. Pide al señor la fuerza y sabiduría para expresarlos. Demuestra a tus amigos cuanto te importan.

Gabriel García Márquez


jueves, 28 de enero de 2016

Lo que la vida me enseñó a valorar





Lo que la vida me enseño a valorar

Cada una de las líneas que ahora escribo arranca de mí una pequeña lágrima. Pues tal vez sea el remordimiento o todos  y cada uno de los sentimientos de culpa que ahora lleva mi corazón. Siempre creí que todas las personas que estaban a mi alrededor, me iban a durar para siempre… ¡Grave error! Solía compartir muchos momentos con ellos, recuerdo siempre muchos ratos de felicidad y euforia, todo era una alegría total. Luego crecí,  y el tiempo compartido comenzó cada vez a hacerse un poco más corto. Llegan nuevos amigos, amores y demás…  y aunque el sentimiento hacia esas personas nunca cambie, empezamos a olvidarlas. Tal vez sin quererlo, quizás inconscientemente, pero dejamos de compartir con ellos momentos que simplemente en un pasado era todo lo que nos llenaban, y que nos hacía estar felices con nuestra vida. Pero a pesar de todo y aún consciente de que tenía esas personas ahí, no hacía nada por compartir ratos con ellos, aún sabiendo que su única felicidad era vivir diez minutos con los seres que amaban. Pero hay algo que siempre va a estar atado a la vida, que corre y corre y es imposible detenerlo. ¡El tiempo! Pues  este no tiene complacencia con nadie, solo avanza y avanza impulsando como un motor el tren de la vida. Y en un momento dado esas personas que amas ya no estarán presentes… y de ese tren que no se detiene algunas se bajarán. Cuando esto sucede queremos devolver el tiempo y retomar todas las oportunidades que tuvimos para hacer feliz a la persona que ya no está. A lo mejor le hicimos una promesa que nunca cumplimos, tal vez queríamos ofrecerle algo que nunca tuvieron, o porqué no ayudarlos a alcanzar su sueño. Sientes esa agonía en tu corazón, crees que es imposible continuar sin ellos. Pero el tiempo todo lo cura y llega el periodo de aceptación, y de nuevo comienzas a olvidar, pero en realidad no se olvida… sólo se supera un poco. Ahora sí que te sientes solo en la vida, comienzas a valorar lo que tenías… ¿Recuerdan esta frase? “valora lo que tienes antes de que la vida te enseñe a valorar lo que tuviste”. Nadie es eterno, nadie está para siempre, por eso ahora que estás vivo y tienes a tu lado a las personas que amas ¡valóralas! No sabes cuánto tiempo estarán ahí para ti. Hazles saber lo especiales que son, y diles lo mucho que te hacen feliz. No esperes que estén dentro de un cajón para confesarles tus verdaderos sentimientos, pues ahí ya no te escucharán… Hoy por hoy recuerdo todas aquellas personas especiales para mí, que han partido y así mismo se han llevado una parte de mi alma. En mi vida las guardo como el tesoro más grande que tengo, porque me enseñaron a cuidar de los que aún están a mi lado. Y por más tiempo que pase van a estar guardadas  en el cofre de mis recuerdos, hasta que llegue el momento de que sea mi turno de bajar del tren, no antes de haber entregado todo el amor que en mi existió para todos aquellos que en algún momento estuvieron en ese mismo vagón junto a mí. 

Dedicatoria, a todos aquellos que formaron parte de mi vida en algún momento y que hoy ya no están. 

Álvaro Agudelo

Siempre serás tú





Siempre serás tú

Siempre serás tú, porque en mi corazón se ha desbordado el sentimiento que tengo hacia ti.
Siempre serás tú, porque ya no puedo pasar ni un solo segundo sin tenerte cerca de mí.
Siempre serás tú, porque no existe nadie más en el mundo que logre hacerme sentir como solo tú lo haces.
Siempre serás tú, porque en los días que estoy triste solo una sonrisa tuya me hace feliz.
Siempre serás tú, porque eres ese angelito que Dios puso ahí para que me cuidara.
Siempre serás tú, porque cuando enfermo solo basta tu abrazo para aliviarme.
Siempre serás tú, porque en otros labios jamás encontraré ese sabor que solo me dejan los tuyos.
Siempre serás tú, porque con solo un beso podrías hacerme llegar a las estrellas.
Siempre serás tú, porque llegaste justo en el momento que más lo necesitaba.
Siempre serás tú, porque esos instantes que vivo junto a ti no los cambiaría por absolutamente nada.
Siempre serás tú, porque eres esa persona perfecta que por mucho tiempo esperé que llegara a mi vida.
Por esto y muchísimo más le doy gracias a Dios todos los días de mi vida, por permitir que ahora esos lindos ojos caminen de mi mano por donde voy. Por el tiempo que hemos pasado y por todo el que aún nos hace falta…
Y de nuevo siempre serás tú, porque si me dieran a escoger  otra vez, te escogería sin pensarlo, para transitar toda una vida juntos.

Álvaro Agudelo

Carta a un amor del pasado





Carta aun amor del pasado

Hola, después de tanto tiempo que juré no volver a hablarte o escribirte aquí me encuentro, escribiéndote esta carta y dándome cuenta que aun me tiembla el pulso al pensar en ti. Pero el motivo de la carta no es el mismo que el de las otras. No te escribo para decir que aún te amo ni para decir todo el rencor que te guardo, porque sinceramente ya no siento ninguna de esa dos cosas. Quería expresarte lo que sentí al cruzarte en la calle hace un par de semanas. ¡Al mirarte a los ojos aquel instante me quedé helado! Y sólo se cruzó por mi cabeza una palabra… ¡Gracias! Gracias por haberme hecho esta persona que soy ahora. Por haberme hecho más seguro, más inteligente, más sensible… menos inocente. Gracias por haberme enseñado que los cuentos de amor princesas y príncipes son solo eso cuentos. Me enseñaste que en la vida hay personas buenas, pero también hay personas malas que se disfrazan de buenas. Gracias por haberme enseñado que decir te amo, no son  palabras sagradas, que son palabras que cualquiera puede decir, pero todos podemos sentir. Me enseñaste que por más que yo le abra a alguien las puertas de mi casa, de mi familia, de mi corazón, de mi cama, de mi vida, no quiere decir que esa persona me las abra a mí también. Gracias por haberme dicho mirándome a los ojos que me amabas que nunca me engañaste, que yo era el hombre de tu vida con el que querías tener hijos… en fin, en fin gracias por tantas mentiras. Aprendí a ya no enamorarme de palabras sino de hechos. Gracias por todas las veces que me culpaste por nuestra “relación”. Ahora sé que yo hice todo lo que estaba a mi alcance por buscar lo mejor para todos y creo que lo logré. Mirando atrás, puedo decir que el año pasado me trajo más cosas malas que buenas, pero también fue el año que mas crecí. Me di cuenta de lo mucho que me desvalorizaba y lo mucho que me desvalorizaron… y ya no soy aquel nene inocente que se creía todo lo que le decían. Cuando te crucé en la calle al ver tus ojos ya no vi aquella chica dulce de la que en algún momento me enamoré… dentro de tus ojos sólo vi un gran vacío y me di cuenta que estaba enamorado de una ilusión, de una mentira, de un cuento, de una máscara. Pero no te culpo por eso, al contrario te agradezco por que la desilusión me genera más ganas de conocer a una persona verdadera que me devuelva todo lo que yo doy, sin tantas palabras y con más hechos. Creo que ya te dije todo lo que sentí, realmente necesitaba desahogarme, espero no haber sido mucha molestia. Finalmente gracias por haber sido el mayor error y la mejor lección. Tantas lágrimas no fueron en vano.
De:  (Frases)