sábado, 6 de febrero de 2016

La persona ideal



La persona ideal

Muchas veces en mi vida me he detenido a pensar por unos minutos si es que en realidad existe la “persona ideal” ¿Cómo será? ¿Será rubia? ¿Morena? ¿Tendrá ojos claros? Muchas preguntas en mi cabeza acerca del físico, pero… ¿La personalidad? En contexto es lo que realmente importa.
¿Has observado la belleza de las rosas cuando florecen? ¿Ves como son hermosos sus pétalos? Tanta es su belleza que las personas suelen utilizarlas para enamorar, para pedir perdón, para días especiales, en su mayoría para ocasiones románticas. Pero… ¿Ves que le sucede a la rosa cuando se corta? Su belleza sólo es temporal y sus colores vivos comienzan a marchitar con el tiempo.
La belleza de aquella rosa día tras día comienza a deteriorarse y pierde su hermoso pigmento. Hasta que llega un día que simplemente ésta desaparece… ¿Y sabes que queda de aquella hermosa rosa? Sólo la sonrisa y la felicidad que ésta nos dejó al instante de entregarla a esa persona especial.

Así como sucede esto con la rosa, así mismo sucede con las personas. Cada vez que llegue una nueva persona a tu vida recuerda el ejemplo de la rosa… La belleza física es sólo una ilusión, pasajera y fugaz. La verdadera belleza de una persona está en su corazón, lo que en realidad es como persona y lo que ésta es capaz de ofrecerte a ti. Los sentimientos bonitos que te haga experimentar, y lo más importante de todo… que no te haga sentir solo. Busca esa persona que logre llenar tus espacios vacíos, esa persona que se entregue de la misma forma que te entregas tú.

En realidad la persona ideal no es aquella mujer de busto y cola grande, no es aquel hombre de ojos claros y abdomen esculpido. La persona ideal la buscas y la encuentras tu mismo, conócela, deja que esta te de paso a conocerla más allá del aspecto físico. Conoce sus pensamientos, sus ideales, sus metas, sus sueños, sus aspiraciones en la vida, su inteligencia, lo que la hace diferente y única…
Recuerda que una cara bonita no dura toda la vida, pero unos sentimientos sinceros tal vez si… Dependiendo claro está de la manera que sepas cuidar de ellos y el valor que les des día tras día.

Álvaro Agudelo

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