lunes, 8 de febrero de 2016

Un amor eterno



Un amor eterno

Hola querida, Hoy no es un día como cualquier otro, es un día especial para ti y para mí. Hoy es nuestro aniversario numero cincuenta… ¡Vaya! ¿Cómo pasa el tiempo no? Aún recuerdo como si hubiese sido ayer la primera vez que te vi. Aquella primera vez vi tus hermosos y radiantes ojos, han pasado muchísimas cosas a lo largo de nuestras vidas. Recuerdo como de jóvenes anhelábamos estar algún día juntos y poder compartir nuestro amor, sabíamos que no iba a ser fácil, que la vida nos pondría obstáculos y Dios nos enviaría pruebas para medir nuestra fe. ¿Recuerdas aquellos días que solíamos ir juntos a caminar? Yo nunca los olvido… ¿También recuerdas cuando juntos elegimos el nombre de nuestro primer hijo? Todos esos momentos junto a ti los conservo en lo más profundo de mi corazón, donde nadie ha podido llegar… ¡Sólo tú!

¿Recuerdas aquella promesa en el altar delante de los ojos de Dios? Ese fue el sello divino que él nos brindo para que pudiéramos emprender ese camino difícil que tomamos juntos., poco a poco fuimos escalando hacia la cima, logrando sueño tras sueño, superando obstáculo tras obstáculo… Contigo aprendí cual es el verdadero significado de un ¡Te amo!, Y pude comprender cuanto se puede llegar a entregar una persona a otra cuando se tiene un amor verdadero. Ese amor verdadero, como el que nos enseña Dios. Hoy quiero decirte que no me arrepiento de haberte entregado las llaves de mi alma, no me arrepiento de haberte hecho mi esposa, no me arrepiento de entregarte mi vida…

Cada momento que pasamos juntos, ¡de verdad que me hizo feliz! Pues nunca tuve la necesidad de buscar en otra persona algo, pues tu siempre tuviste ese don especial para enamorarme día a día… ¿Recuerdas cuando las canas empezaron a llegar a nuestras vidas? ¿Recuerdas las primeras arrugas? Sabíamos que en algún momento tendrían que llegar. En realidad ¡Ya no éramos tan jóvenes! ¡Qué nostalgia todos aquellos recuerdos que hoy pasan frente a mis ojos!

¿Sabes? Como me gustaría que pudieses leer estas líneas que hoy escribo para ti… Hace varios veranos que ya no estás físicamente conmigo, pero todos los días te siento en mi corazón. Perdóname por no cumplir la promesa que nos hicimos, esa promesa que nos decía que si algún día uno de los dos partía, encontraríamos a alguien más. ¡Lo siento! Pero quiero que seas tú mi único recuerdo.

Mientras tanto estaré aquí sentado viendo pasar todas esas largas tardes mirando a través de aquella ventana, ¡Nuestra ventana! Donde a través de ella mirábamos jugar nuestros hijos en el jardín. Todavía paso algunas noches sin poder conciliar el sueño, y de nuevo me acerco a la ventana a mirar el cielo… ¡Es sencillamente hermoso! ¿Sabes por qué? Porque sé que desde una de esas estrellas me miras.
Muchos no quieren envejecer, pero este no es mi caso. Porque sé que cada día que pasa me acerco más y más al día de mi partida… Me iré terrenalmente y para muchos será una despedida, pero para mí será un bello regreso hacia ti… Sé que anhelas ese día tanto como yo.  Te extraño y te recuerdo siempre amor mío... ¡Feliz aniversario!

Carta inspirada para todos esos aquellos amores eternos, esos amores que no son de dos y tres meses…

Esos amores que duran toda la vida.            

Álvaro Agudelo


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