Ya
no estás aquí
Te
vas de mi vida y es inevitable detener tu inminente partida, tuve errores muy grandes. Tu corazón ya no es el mismo de
antes, pues lastime esos sentimientos verdaderos que estaban dentro de él. Cómo
le pido a Dios en mis noches que me devuelva ese calor con el que me mirabas...
Pues ahora tu mirada está llena de frío, orgullo, resentimiento y aunque aún te
encuentres algo cercana a mi vida. Ya no estás aquí.
Pero
déjame decirte algo antes de que marches... Todo lo que he logrado lo he
logrado junto a ti, por ti mi vida tiene sentido y veo más claro mi norte.
Ahora que siento que no estás mas para mí, no sé qué hacer... Soy ese velero
que navega el inmenso mar sin encontrar destino alguno, soy esa carta que nunca
se entregó... ¡Soy todo y a la vez nada sin ti!
Si
decides tomar un camino que no sea de mi mano después de leer estas líneas,
quiero que te lleves lo mejor de mí. Recuérdame como un tesoro en tu vida, ese
que guardabas para ti siempre. Déjame decirte que jamás encontraré de nuevo a
alguien como tú. Hoy eres la dueña de mi camino, nadie ha logrado dejar huella
en mí como lo hiciste tú, y... ¿Qué hacer? Si hasta promesas hago a los cielos
para ver si logro recuperar ese amor puro que me ofrecías.
Si
te vas, espero que no pase mucho tiempo para que vuelvas a mi vida. Mi corazón
va a estar sentado en el mismo lugar esperando que regreses… Aunque creo que
esto es solamente una ilusión. Ahora se cuanto te quiero, y siento un gran
remordimiento en mi alma por no haberte dado ese espacio especial que tenías en
mi vida. Recuerdo haberle perdido a Dios con toda mi fe, tenerte de nuevo cerca
a mí. ¿Y qué crees? Me concedió tenerte de nuevo al frente de mis ojos… Pero
esta vez tu mirada era totalmente diferente a las de antes, en ese instante de
mi vida fue que pude comprender que ya no estás aquí.
Espero
que todo esto que está sucediendo sólo sea un mal sueño…
Álvaro
Agudelo
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